Porque desde el plano en el que vive, piensa en nosotros, desea nuestro bien y nuestra felicidad. Gracias a ese misterioso vínculo que se mantiene entre las dos mitades, ella capta nuestra aspiración hacia una vida superior, hacia la belleza, y puede entrar en otro ser, manifestándose ante nosotros durante un cierto tiempo.
Este hecho explica por ejemplo que una mujer pueda ver en un hombre a esa figura bien amada: Su llama gemela ha penetrado por un tiempo en una morada terrestre, para manifestarse a través de signos y señales concretos, sin que esta otra persona sepa lo que está ocurriendo consigo misma.
Pero por lo general la mujer (o el hombre, en el caso contrario, ya que este fenómeno va a ocurrir exactamente igual para ambos sexos), siente la necesidad de experimentar algunos intercambios físicos con la persona que es objeto de su amor, provocando así la partida de su llama gemela que va a tener que alejarse con tristeza.
Es evidente que la gran mayoría de los hombres aprovechan esta confusión de la mujer que les ha tomado por su llama gemela, hasta que ella se vaya enterando poco a poco de que su gran amor no es más que un mentiroso y un ladrón, ahora que su llama gemela le ha dejado, aunque quizá más tarde la vuelva a encontrar en otro hombre.
Sólo mientras no se haya comprendido el aspecto sagrado del amor; podrán las dos mitades vivir un reencuentro verdadero, entonces podrán amarse, envueltas en vestiduras de luz, inmersas en su propia felicidad sin desear ir más allá de estos sutiles contactos, pues saben bien que de hacerlo perderían este contacto con la luz primordial.
Pero, antes de llegar a un estado tan sublime, cuántas amargas experiencias han pasado, después de las cuales sólo pudieron decir: "He comido, he bebido, para sentirme luego desgraciado e indispuesto, nunca he podido encontrar alegría ni felicidad en la posesión".
Es terrible ciertamente haber tenido todas las mujeres o todos los hombres posibles sin haber llegado a encontrar nunca una dicha duradera. Aún después de haber sufrido fracasos y decepciones, ¡cuántos hombres y mujeres se obstinan en creer que no ha sido a causa de una comprensión defectuosa del amor, sino porque todavía no han encontrado a la persona que les conviene, al ser ideal, a su llama gemela.
El encuentro con la llama gemela es en primer lugar, un proceso psíquico mediante el cual la parte superior de vuestro ser atrae a su parte complementaria.
Tenéis que haber trabajado durante mucho tiempo sobre vosotros mismos para poder ser dignos de atraer vuestra mitad divina, pero cuando, por fin, logréis establecer la conexión, sentís que ella está ahí, porque habita en vosotros.
¿Queréis encontrar a vuestra alma gemela?
Concentraos en la luz y la llama gemela vendrá entonces, atraída por esta luz que verá brillar en vosotros. Vosotros no sabéis dónde se encuentra vuestra llama gemela, pero ella sí que sabe dónde estáis vosotros.
Basta con esperarla interiormente; ella vendrá.
Comparto con amor... Zablon Erguth
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